Silencios de un alma atragantada de pasión

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Porque es más fácil. Porque no duele. Porque renace. Porque suele ser otra cosa, pero me sorprende. Porque no estaba, pero regresa. Porque me abraza, aunque no esté. Porque me tolera, aunque sea lo intolerable. Porque no choca. Porque no sabe. Porque deja que me escape. Porque es un refugio. Porque cuando hace frío, me abriga. Porque cuando lloro, me seca la sal. Porque cuando el silencio me invade, no quiere robármelo. Porque cuando estoy está. Porque está lejos. Por mi libertad.

(Y sin embargo...)

Quiero lo difícil, quiero que duela, quiero que agonice pero no muera, quiero lo nuevo, quiero lo eterno, quiero que perdure, quiero que me abrace, pero que me golpee a veces, quiero que no me tolere, quiero discutir, quiero pelear, quiero llorar, quiero estar, quiero terrenalmente ser luz, quiero dejar de secarme,
quiero llorar, quiero tener un poco de frío, quiero el silencio, quiero las voces, quiero que a veces no esté, quiero que a veces sin estar, siga estando. Quiero que esté cerca, tan cerca que mi piel se erice de tan sólo sentirla. No quiero más espejismos. Quiero realidades fantasmales de energía. Quiero ideas locas de pasiones. Quiero sexo desenfrenado, dientes en mis orejas, uñas en mi espalda...
Quiero ser yo... Y que me dejen serlo... Quiero ser yo, y no encandilar a mi alma. Quiero mi histeria puta de ser histérica, mientras entre las luces inconcientes funciono como una más. Quiero la caza, la búsqueda. Quiero el sonido de la paz, y las armas de la guerra...

Quiero mi vida, y, extrañamente... también la tuya.